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Mostrando entradas de diciembre, 2008

Fin de año para algunos menos

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En víspera de otro fin de año. A la vista de un nuevo año. Como siempre de camino entre un momento y otro. Sigo comprobando, ya con menos espasmos y más quinina, que los seres humanos somos específicamente inhumanos con nosotros mismos. Cuando aún no hemos asimilado las nuevas catástrofes humanitarias centro africanas, vienen nuestros amigos israelitas y nos alegran el fin de año con unos cuantos misiles de regalo contra una de las zonas más pobres del planeta y por ello recurso natural de terroristas. Yo ya hace muchos años que desistí de entender la formula de la ecuación (solo los datos me parecen necesariamente ilustrativos). Ni demonicé a los sionistas nunca ni los palestinos me parecieron siempre héroes y sí creí siempre que en el artificio geopolítico montado por las potencias colonialistas del siglo pasado y lo peor de la política proteccionista de los USA de entonces se basaría un conflicto de incierta religiosidad y mucha demagogia (y sangre). No se si será políticamen

¿Esto no va nada bien o nos lo parece?

Hace unas semanas (varias) escribí estas líneas con motivo de un incidente de carácter estructural ocurrido en la empresa que paga por mis servicios. En caliente y con ánimo de intentar su publicación en el "órgano de expresión" de nuestro Sindicato. Mi buen amigo y Secretario General de la Sección Sindical declinó la publicación por no darle más pábulo al asunto y reconociéndome explícitamente que lo que decía era correcto y el mosqueo razonable pero " era cuestión de aplicar criterios generosos de cara a futuras cuestiones " (sic). He rescatado la parrafada reconvirtiendo las alusiones excesivamente concretas y como ha quedado algo que produce resonancias a situaciones habitualmente reconocibles en todos los ámbitos laborales pues lo publico aquí. ¡Que me gusto de mi mismo de vez en cuando! "Siempre me ha inquietado que la actividad sindical produzca agravios innecesarios entre distintas categorías profesionales pues podría convertirse en un boomerang pel

Carta ¿Magna?

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No soy muy dado a estas elucubraciones sesudas, pero entre la efemérides, la petición de BSR , la reactivación estos días de ciertos conocimientos académicos, diversas noticias vistas en múltiples medios, y los planes de austeridad de diversos gobiernos (federal, regional, local), se me han sobreexcitado las neuronas. Empezaré bien: Hay que reformar la Constitución Española. Primero porque es la que nos ocupa y afecta. Segundo porque todo el mundo está de acuerdo, unos en público, los menos, otros en privado, los demás, y cada uno por razones distintas y muchas veces contrarias a las del vecino. Entiendo que si todos queremos cambiar algo, aun con distintas motivaciones, es que ese “algo” no está siendo de verdadera utilidad a nadie.  Siendo conscientes de lo que representa una “Constitución”, también debemos poner los pies en el suelo y reconocer que a todos no les va a gustar lo que se legisle, pero no debería obviarse el deber cívico de aquellas organizaciones polític