¿Una nueva estrategia?
Soy sincero, conmigo mismo al menos. La reacción del joven de Lazkao que ayer arremetió contra una "herriko taberna" al impulso de la rabia por la impotencia no me ha desagradado (ni a casi nadie) aun cuando (casi) todos nosotros sabemos que no es el método para solucionar el problema (eufemismo, por si no se nota) de Euskadi como parte de la España invertebrada. La leve empatía que surge con el joven vasco queda muy mediatizada por la subyacente inquietud que la misma anomalía produce. Es la primera vez que (sepamos) algo así ocurre. Y todos nos hemos quedado mirando por la ventana pasar la marabunta encapuchada pidiendo "justicia" contra el responsable de que se queden unos días sin "birras" ni "maría", tildándolo de fascista (como si supiesen lo que significa ese término). Asombrados y asustados. Porque vemos que puede generarse un movimiento pendular que alimente reacciones cada vez más desmadradas de ciudadanos cabreados (con motivo). R