Abrirse a otros mundos
La maratón, con ligeras pausas, televisiva que llevo estos últimos meses me ha descubierto algunas joyas del medio y empiezo a creer que, dada la situación, efectivamente la gran pantalla lo va a tener muy crudo si no nos recuperamos de la pandemia rápidamente. Empecemos por tres series no norteamericanas de similares temáticas que me han permitido conocer otros "ambientes".
"Hard Sun" (Reino Unido, 6 cap.) Thriller apocalíptico con envoltorio policial. Merece la pena verla por el tratamiento tan "anormal" que se le da a un asunto tan claramente de ciencia ficción. Es posible que te pases los cinco primeros capítulos preguntándote qué es "Hard Sun" pero en el último te importa tan poco (claro que ya lo sabrás) que solo lo terminas de ver porque no te gustan los "interruptus".
"Trackers" (Sudafrica, 5 cap.) Thriller político con envoltorio de espías. Después de disfrutar de los sórdidos y muy fríos crímenes nórdicos los últimos años, descubro un complot en el otro extremo del mundo y tras unos tórridos días deambulando por la sabana sudafricana y descubrir que en Ciudad del Cabo todavía hay guetos (pero para otros) me encuentro con muchos apuntes y pocas resoluciones argumentales. Eso sí, tenemos otra prueba de que, después de un régimen dictatorial y segregador como el que padecieron allá, los bajos instintos de la avaricia, la corrupción y el crimen están presentes en todos los humanos.
"C.B. Strike" (Reino Unido, 7 cap.) Thriller detectivesco convencional. No me lo podía creer (no lo sabía) y resulta que es de J.K. Rowling. En absoluto nada que ver con Hogwarts. No llega a ser "para adultos" pero no soliviantan las hormonas de un "maduro".
Ahora dos novedades estadounidenses de corte más convencional y una JOYA británica.
"The Boys" (USA, 2 ts. 16 cap.); La primera; una visión histriónica, irreverente y desmitificadora de los "superhéroes". Sin escorzos ni distracciones de la cámara. Sangre, sudor y lágrimas para un retrato metafórico o una metáfora en imágenes de la sociedad (¿americana?) actual. Y una alegría añadida, el prota es Karl Urban uno de mis incomprendidos actores desde que lo descubrí en "Ghost Ship", maltratado por la industria y la crítica sin razones justificadas.
"Perry Mason" (USA. 1 t. 8 cap.). La segunda; el posible origen de uno de los mitos televisivos de los años 60 pero con pátina de "qualité". En conjunto no deja de ser otra historieta con ambiciones de "grand noir" que no llega. Pero para un par de capítulos semanales, entretiene. Y tiene una magnífica fotografía.
Y para terminar la magistral "Red Riding" (Reino Unido, miniserie de 3 cap.) que traslada a la tv las novelas de David Peace que, por cierto, no conocía (mea culpa). La realización es de 2009 pero no tenía la menor referencia sobre ella hasta que empecé a ver aparecer las promos en la plataforma. Una gozada de puesta en escena de una tetralogía novelesca que se antoja muy dificultosa de trasladar pero lo consiguieron. Un plantel interpretativo de máxima calidad. Por momentos recordaba "True Detective", a veces "Hannibal", nunca "Fargo" (no tienen sentido del humor los británicos para las cosas serias) y siempre lo mejor del negro británico; con los ojos en el entorno, lo cotidiano, por mucho asco que de. Por muy desagradable que resulte lo que cuenta sin ningún estrambótico giro argumental ni contrapicado especulativo. Y para quien no lo conozca (como yo), una estupenda disección del norte inglés (Yorkshire me ha sido revelado).
©José Antonio Ferrández
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