He visto al guasón


He visto una cantidad ingente de películas de un solo personaje (con comparsa y sin ella) y ésta es de las mejores para mi gusto. Dispone de un argumento sólido aunque su guion ande un poco como el protagonista. La dirección es convincente pero seguro que muchos pudieron ser Todd Phillips antes de llegar él. No tiene (casi) efectos visuales; un par de alucinaciones no artifician el metraje. La ambientación resulta increiblemente realista. Y la interpretación ............ bueeeeeeeenoooooooooooo ........... si tengo que mojarme lo haré como el año 2015 y acerté con DiCaprio; "and the winner isssssss: Joaquin Phoenix".
Al loro, pues.
No es un comic, pero tiene muchas referencias y muchas inevitables. Pero ¿podría haber sido igual de exitosa si no existiese un universo "Batman" alrededor y dentro de ella? Estoy seguro de que no, porque entonces no hubiese disfrutado del ruido generado por dicha condición y al común de los mortales, las películas de sociópatas (con taras mentales pre-existentes o sin ellas) no terminan de gustarles. Bueno, está el Dr. Lecter pero no aborda tabús como el deterioro social, humano y político de una sociedad aletargada de arriba a abajo (parece el único villano el Sr. Wayne, pero NO LO ES). Estoy seguro de que si se eliminasen (si ello fuera posible) las invocaciones causales o casuales al mundo del murciélago, o sea, que no existiese nada de ello (como reescribiendo la realidad en lo referente a su línea iconográfica) ésta "movie" no pasaría de la corrección festivalera de Venecia. Aunque a muchos nos gustase igual.
Entonces ¿por qué este ruido? Pues ni idea. No soy sociólogo ni nada que termine en "logo" así que me limito a plantear mis sensaciones. Un par de apuntes, de todas maneras, para quedarme tranquilo. "Batman" es un personaje de comic americano de los años 40 nacido para entretener y distraer a los americanos que a lo largo de los años devino en icono "camp" hasta que en los años 70-80, unos guionistas inspiradísimos le dotaron de madurez, lo revistieron de ideología new age y lo internacionalizaron. Todo ello con el soporte magistral de los lápices de grandes genios del dibujo en papel (pulp al principio y maché después). Luego vino Nolan y terminó de disfrazar al mito y convertirlo en sucursal de la Reserva Federal.

No os equivoquéis, yo me lo he pasado en grande con las novelas gráficas de O'Neill, Miller y Adams, y me entretuvieron las pelis de Nolan, pero no sentí en ningún momento el impulso de marchar al Tibet o recluirme en una cueva para encontrarme a mi mismo (me veo todos los días en el espejo). Quiero decir que ahora tampoco me ha descubierto el Joker, desnudo, sin su némesis (casi ni en la periferia) la pólvora de la insatisfacción social, la abulia política o la avaricia del poder, la degradación moral. Políticamente son más transgresoras "Watchmen" o "V, de vendetta".

La cantidad de "reflexiones" que se están volcando estos días a costa del temido contagio de violencia que pueda generar la película ya se inició a mediados de los años 50 con la obra de Fredric Wertham, "La seducción del inocente". Y además parece que vuelve a ser pecado decir que alguien está enfermo cuando lo está. Y Arthur Fleck es un enfermo mental, quiérase o no. Si le añadimos desamparo, desatención, abusos, etc., entonces para que queremos más. Pero se han de dar todos esos males juntos, y más, para tener un Joker. No es suficiente un T.O.C. para un "serial killer". Creo yo. Que pongo los libros, discos y comics en orden todos los días.
Un último "y si" ………… pensamos un poco en qué entienden de una película como ésta una docena de críos (12 o 13 años a lo sumo) que cuando salen, tras más de dos horas de butaca, a la calle ya están con los móviles liados con Brawl Stars o Fortnite o Fallout Shelter. O una casa de apuestas online si nos descuidamos.
¿Que tal ha estado la peli? ¡Acojonante, bro! Pero cuanto gilipollas sociologista (creo que es una secta) hay por ahí. Lo que no termino de tener claro es lo de la banda sonora: ¿Fred Astaire y Gary Glitter juntos?

Un saludo y la semana que viene otra. Sam Mendes ha vuelto.


©José Antonio Ferrández

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