Rituales (g)astronómicos. De plenilunio a aequus noctes.

Impulsados por nuestra más acendrada histología pensamos, aturdidos por los tambores de varias cofradías, que nosotros también debemos homenajear-nos en sentido litúrgico y acompasamos nuestros pasos hacia el barrio del laurel a observar las ventanas comprobando tristemente que todos los laureles han salido a procesionar ............ ¡vaya novedad!.
Ninguna alacena sin arrasar dejarán las religiones para imponer-se.
Démonos prisa por disfrutar de la sagaz naturaleza.

Primera estación:

Segunda estación:

Tercera estación:

Torrijas con nata, café y copa en casita que ya era demasiado.


© José Antonio Ferrández

Comentarios